jueves, 10 de julio de 2014

Bachilleres





La geometría deja al espíritu como lo encuentra. Voltaire

Hasta aquí llega el discurso de los bachilleres.
No los leo, pero sus holografías abundan en los canales
que a veces participo para encargar caramelos. Ah,
qué pecado esa caída a lo dulse ––sí, con ese, ––
que despista, descentra su pineal silícea.
¿Quién ha visto, se preguntan,
condimentar así el agua para tan raros bueyes,
darles a comer amarilla polenta?
Los han enseñado a manejar una balanza
con un platillo vacío, digo más: hueco,
y otro cargado de una muda monserga.
Es la balanza que nivelan los maestros
poniendo a un lado Nada y al otro Todo,
pero que ellos, flamantes diplomados, alerdan;
y como no pueden detener su perenne oscilación,
con la cinta de su orla paralizan, amordazan.
Esto, los de letras, pero los hay de ciencias:
¿Cómo plantear una ecuación que baraja
hexámetros de Virgilio y conversos vallejismos?
¿Cómo arrimar a un solo comedero al perro de Píndaro,
al de Goethe y al Ángel de la Jiribilla?    
… Bachilleres cartesianos y falsos Guillenes,
la geometría deja al espíritu como lo encuentra.
Mis bueyes beben un agua marina
sudada por la tierra donde nació Empédocles,
hervida en el reverbero de Horacio,
bendecida en el cáliz de Agustín,
prueba de amor de Dante para Beatriz,
quien la dio a guardar a Dulcinea, cuenta Gracián,
cuando ya la habían bebido los leones de La Alhambra,
antes de que Góngora la volviera al mar,
la resudaran otras tierras de ron y mole,
la degustaran amanerados piratas franceses
que la vertieron en la mejor tina de san Cristóbal, para que,
filtrada por Casal, por Darío, la gozara Lezama
brindando por Empédocles…  
Es un agua redonda, no circular, que les calma la sed
y les alivia las patas cuando pisan adoquines.
La redondez no es dulce ni amarga,
no es mucha o poca, retórica o sobria.
La redondez, sencillamente, es. Y puede signar
la pupila de un pájaro que cante enjaulado,
o la del ojo rodante de Demócrito;
los testículos del toro que sumergió a Europa
en la cavitación de la historia,
o los que sobraron a Orígenes en uno de sus quiebros.
… ¿Quieren haikus en Belenes,
imágenes taxidérmicas?
… No hemos llegado hasta aquí, mis bueyes y yo,
para templar la mirada con colirios esplendentes,
para someter el pus virulento en que nos vamos
a la limitada píldora de las sumas abstracciones.
Desde las colinas llegan, no en trenes,
ni en bólidos, ni en cohetes o aeroplanos,
ni tampoco vía satélite, las preguntas de siempre
con sus respuestas de nunca.
Ni caligrafía, ni ortografía, ni diligencia o economía
interesan al Gran Poema para tragarse a sus hijos.
Se los traga cuando añaden
una pregunta manchada de tiempo ardido,
formulada en tempo ignífugo, con el vilo suficiente
para próximos envíos… Que hablamos de poesía.
… Entre sus bártulos cargo la plomada, el nivel,
el quinqué, la brújula, la escuadra, la maquinita láser
que purga papales falsos; otros útiles, virtuales o no:
un diccionario, otro, de sinónimos, otro, filosófico,
otro, el que más miro, de recursos fantasiosos,
un cuaderno de apuntes taquigráficos…;
pero no los uso ni abuso para levantar poemas
como Cristos impecables en un calvario alfombrado
hacia escuelitas seguras y enlatados dividendos. 
La flojera, si a pelo o en silla, nada cambia;
si en barricadas o salones, nada suma;
si intimista o bravucona, parca o regalada,
da lo mismo. No se arregla con maromas,
teoremas, sesiones diarias de calistenia silábica,
ni siquiera con lectura, relaciones…
El genoma en los caracteres no sustancia la verdad.
Aquí, bachilleres, la sustancia es poética,
la verdad es poética, lo demás, ustedes.


4 comentarios:

  1. Para suerte tuya, tienes un Guillén de verdad de tu lado.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, amigo, el Guillén más cierto que tengo a mano eres tú... Gracias y abrazos. Jorge

    ResponderEliminar
  3. Escuchado. Como siempre, muy bueno. Quique

    ResponderEliminar
  4. Gracias, amigo, por leer y comentar. Abrazos fuertes...

    ResponderEliminar