lunes, 16 de noviembre de 2015

Barroca diagonal





Amigos, lectores, como cada año por estas fechas, cierro temporalmente mi cuaderno digital para dedicarme por completo a la escritura de poesía. También como cada año, lo hago con un poema. Esta vez les dejo “Barroca diagonal”, escrito hace una década. El poema forma parte de un libro inédito dedicado por completo a la libertad. La libertad como universal: imagen primaria, arquetípica, que tanto tiene que ver con lo que somos (y lo que no somos). Sé que no es ésta una despedida cascabelera. Lo siento, pero en los días que corren, mi ánimo no da para más. Espero regresar a principios de enero con otro bien distinto. Ojalá. Ojalá los encuentre propicios y receptivos en tal sentido porque hayan pasado un fin de año pleno. Hasta entonces.        
 

Barroca diagonal

 


                    Huyó lo que era firme, y solamente
                    lo fugitivo permanece y dura.

                                                            Quevedo



Como el azul que desciende delicado
la túnica de María en La piedad de Ribera,
tan barroco y medido al mismo tiempo,
reteniendo de la luz sólo su enigma
ante un novísimo deslumbramiento,
así la fe en la libertad
me descabalga

Y en su vacío parece prosperar
(aleve bastardía de mi credo)
la duda que me empuja a discernir
si el horizonte de la libertad es ese
sugerente metahoyo sepia,
o aquel hilillo de asmático vibrar
dorado y sucio.

Hilillo, abismo, azul,
dorado y sucio, sepia... qué más da.
La fe que un día en la libertad tuve,
                         en barroca diagonal
         desciende,
huye.