Amigos, lectores, como cada año por estas fechas, cierro temporalmente mi cuaderno digital para dedicarme por completo a la escritura de poesía. También como cada año, lo hago con un poema. Esta vez les dejo “Barroca diagonal”, escrito hace una década. El poema forma parte de un libro inédito dedicado por completo a la libertad. La libertad como universal: imagen primaria, arquetípica, que tanto tiene que ver con lo que somos (y lo que no somos). Sé que no es ésta una despedida cascabelera. Lo siento, pero en los días que corren, mi ánimo no da para más. Espero regresar a principios de enero con otro bien distinto. Ojalá. Ojalá los encuentre propicios y receptivos en tal sentido porque hayan pasado un fin de año pleno. Hasta entonces.
Barroca diagonal
lo fugitivo permanece y dura.
Quevedo
Como el azul que desciende delicado
la túnica de María en La piedad de Ribera,
tan barroco y medido al mismo tiempo,
reteniendo de la luz sólo su enigma
ante un novísimo deslumbramiento,
así la fe en la libertad
me descabalga
Y en su vacío parece prosperar
(aleve bastardía de mi credo)
la duda que me empuja a discernir
si el horizonte de la libertad es ese
sugerente metahoyo sepia,
o aquel hilillo de asmático vibrar
dorado y sucio.
Hilillo, abismo, azul,
dorado y sucio, sepia... qué más da.
La fe que un día en la libertad tuve,
en barroca diagonal
desciende,
huye.
De retroceso elegante en tus palabras se lee en un sueño la libertad
ResponderEliminar"Porque soy como el árbol talado que retoño y aun tengo la vida", no escapará.
ResponderEliminarBueno, amiga, dicho así... No hay vacío en la imagen que la imagen no ponga en duda.
ResponderEliminarDesciende la libertad,entre estertores de muerte. Vuelve !!!
ResponderEliminarQuerida María Eugenia, si pudiéramos mantener ventilada y fresca la imagen de la libertad... Mira, aquí te dejo este otro poema.
ResponderEliminarDescenso a la libertad
…bajamos.
(Sólo lo difícil es estimulante)
¿Tiene sentido la libertad si no se mide,
si no se registra fuera de sus propios valladares?
¿Tiene sentido si no se disputa al tigre,
si no se gana luchando en las fauces de la muerte
con una sentencia firme a la luz de la conciencia?
¿Qué libertad fuera esa que se bastara a sí misma?
Allí estaban las bestias, los sugerentes caminos,
la perspectiva del fuego, los pendones de los dioses
y el sahumerio de lo ignoto.
Más allá (entiéndase más adentro imposible)
danzaba la eternidad
que sólo puede anhelarse si desde el conocimiento,
si con los pies en la tierra.
...bajamos:
del más licencioso limbo a la ergástula del tiempo,
del río de los sentidos a los dominios del nombre,
del festín de los instintos a la hoguera cognoscente,
de los apremios del rastro al hondón de los espejos,
de la propiedad de nadie a los registros del cielo.
...y fuimos libres, sí,
porque a la única libertad verosímil,
aquélla, incómoda, que nos libraba de nosotros mismos,
pudimos suplantarla finalmente con una encendida
IMAGEN.