miércoles, 18 de noviembre de 2020

DEBATE SOBRE POESÍA. HASTA PRONTO

Queridos amigos, como cada año, debo cerrar este espacio durante un par de meses para dedicarme plenamente a la creación literaria. Regresaré en enero con la ilusión de que todavía los más resistentes de vosotros optéis por acompañarme. Gracias de antemano.

Pero cómo despedir un 2020 tan extravagante, tan marrano. Podría hacerlo como de costumbre: con un poema (o trozo de) escrito en las postrimerías del año anterior; o con algo de lo escrito entre marzo y mayo, durante el recogimiento forzado por la pandemia; o con un capítulo de El apartadero, la novela que acabo de publicar; o incluso con un poema escrito para mi recién nacido nieto… Sí, podría ponerme en plan abuelo, único plan que… No temáis (río), podría hacerlo, pero no lo haré.

Un curso tan jodido en lo sanitario, lo político, lo económico, lo literario… demanda algo diferente ¿no? ¿Quizás una travesura? Opto por sorprender, incluso desconcertar a quienes me conocen, con uno de esos llamados poemas visuales. ¿Poema visual? Bueno, este “debate sobre poesía” que tienen en la imagen al pie, lo compuse a medias con Juan Ramón hace ya varios años, seguramente en un momento en que debí sentirme abrumado por la tanta elucubración poética que nos regalan los tiempos. (Río de nuevo). Si no podéis leerlo a pelo en este formato, y no tenéis una lupa a mano, y todavía confiáis en mi cordura (es mucho pedir, lo sé, pero…), descargáoslo y ampliadlo.

Pasad el mejor fin de año posible. Y esperadme, por favor. Mi domadora y mi psicólogo aseguran que en enero estaré de nuevo listo. Con la venia del virus, claro. ¡Vade retro!





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